por Ing. Aldo Montefiore (*)
Es en general frecuente escuchar acerca de nuevas tendencias en la gestión
de equipos y organizaciones, en los que se hace referencia a generar ambientes
de trabajo en un sentido que permitan la expansión de la creatividad y
favorezca la toma de decisiones con autonomía. Y aquí surgen las dudas y
preguntas ¿es esto para mí o mi equipo? Y las angustias de sentirse lejos de
ese “ideal” que quizás es válido para menos del 1% de la población laboral que
trabaja en esas empresas de tecnología y de prestigio internacional.
Por eso, más allá, de esos iconos inalcanzables puede ser conveniente
abordar la realidad de la gran mayoría de la población que trabaja dentro de industrias
maduras y procesos estructurados. Gente que también está obligada a tomar micro
decisiones cotidianas que construyen la realidad y cultura de una organización.
En las actividades productivas esto puede ser más sensible aun ya que, si bien
son menos del 30% del PBI en numerosos países, siguen siendo la base de la
pirámide que permite la existencia de los servicios. Sin productos no habría servicios,
ya que los seres humanos vivimos de consumir alimentos y utilizando bienes
durables.
Más allá de la automatización de los procesos productivos, siguen
siendo personas las que gestionan las maquinas o agregan valor de manera
directa sobre los productos ¿Cómo han sido afectadas estas personas por la era
de la información y el desarrollo del marketing de consumo masivo? Hoy toda
persona va a un supermercado y está entrenada para decodificar mensajes muy
rápidamente ¿pierde esa habilidad cuando llega a su puesto de trabajo? Maneja
fácilmente redes sociales y situaciones emocionales complejas ¿pierde esa
habilidad cuando llega a su puesto de trabajo?
A partir de estas creencias, podemos empezar por preguntarnos cuan
valida resulta la diferenciación que se hace entre Mano de Obra Directa (operarios) y la
Mano de Obra Indirecta (administración) en la gestión de ámbitos industriales.
Claramente no es lo mismo una planta petroquímica que conlleva grandes inversiones
y fuerte automatización frente a un taller metalúrgico o una fabrica de pastas
artesanales pero, siempre en algún lugar de esa planta hay alguien que va a utilizar
sus manos para ajustar un proceso y hacer que el mismo funcione.
Como base de análisis para una mejor comprensión se puede recurrir a Henry Mintzberg, quien en su libro Diseño de Organizaciones Eficientes habla de la
organización en 5, mostrando como la organización se estructuran en función de:
organigramas, procesos, comunicación informal, constelaciones o equipos de
trabajo y decisiones. Todo esto ha sido atravesado por Internet y los sistemas
de información que están generado importantes cambios en las dinámicas de gestión.
Hoy es posible la autogestión y programación de una maquina o puesto de trabajo
por parte del mismo operario ¿está esto permitido por la cultura de la empresa?
Al ser un momento de transformación, la necesidad de administrarlo
adecuadamente es fundamental, implicando esto un rediseño de la forma de
funcionamiento de equipos y empresas. Como se deben reacomodar autoridad y
decisión ante los cambios de procesos productivos y de información, lo que
genera pérdidas y ganancias de autoridad, desplazando los centros de decisión
de manera muy rápida. Todo este re-diseño implica la conducción en un momento
de alta volatilidad emocional, sea esto en un servicio de cambio de neumáticos
con 3 personas o en una multinacional de galletitas. No es recomendable dejar
estas nuevas reglas de funcionamiento libradas al azar. Para comprender los
pasos que se quieren dar, puede ser útil recurrir Leonardo Schvarstein, quien en su libro Diseño
de Organizaciones hace referencia a las múltiples variables involucradas y, en
particular cuando hace referencia al “Perfil de las Teorías implícitas” aborda
puntos vinculados a incentivos, circulación de información, participación en
toma de decisiones, planificación, y muchas variables mas que son las que deben
ser revisadas y cuestionadas para el éxito en el desempeño productivo.
Hoy la libre circulación de la información limita que se oculte y
administre centralizadamente la información. ¿Pierde sentido la diferenciación
entre operarios y administrativos? ¿Cuánto del trabajo de quien maneja una maquina
también es de administración, en cuanto a la gestión de información y su acción
directa sobre los sistemas de información?
La sofisticación y potencia de los sistemas de gestión productiva que
hacen referencia a las herramientas para el control de la producción y
logística, sumados a las crecientes exigencias para minimizar costos y dar más
rápida respuesta al cliente, obligan a que las personas en contacto directo con
el producto produzcan e informen de manera simultánea.
Funciones como la Planificación y Control de la Producción, Control de
Calidad, Métodos y Tiempos, Ingeniería de Producto hasta hace poco muy
segmentadas y con un vinculo con el “pisos de fabrica” de bajada de línea
unidireccional están siendo cuestionadas desde hace tiempo en distintas
industrias. No necesariamente han sido resueltas y siguen siendo un espacio de
tensión que produce fricciones y transformación.
La adaptación de los perfiles a este entorno, la comprensión por parte
de los mismos “operarios” de su impacto en el sistema productivo y de sus
supervisores “organigramicos” son desafíos a ser comprendidos ya no desde el
uso de nuevas tecnologías, sino desde el punto de vista cultural que obligue a
construir y adaptar las relaciones internas de una manera distinta. Los temas a
abordar puede ser tales como: cambio de los nombres de los puestos de trabajo,
revisar ciertas definiciones y divisiones como operarios y administradores, ajustar las
dinámicas de decisión de planes de producción, diseño de producto e ingeniería
de procesos. Reuniones con agenda
diaria, semanal o mensual que aborden las áreas de oportunidad de manera
equilibrada a los conflictos harán que el Controlar y Generar sean los verbos
que, bien comprendidos e interpretados por los equipos de producción,
permitirán explotar el potencial de muchos operarios que tanta información y
propuestas tienen.
Entendiendo la Cultura, como el COMO nos comportamos en determinadas
situaciones y, considerando que el flujo de información y la sofisticación del
consumo nos afecta a todos, estamos obligados a abordar los procesos productivos
con un enfoque que ajuste las conductas de los involucrados (operarios y administrativos) para que las capacidades, relaciones y propósitos permitan una
producción competitiva que permita tener más y mejores productos para todos.
(*) Aldo Montefiore es Ingeniero Industrial UBA con posgrados en Management y Cambio Organizacional. Knowledge Based
Organizations, y egresado del Programa de Ejecutivos Industriales del IAE. Actualmente es director de Soluciones MRO -PRODICA - FAVRA.