por Eduardo March
Bajo el enfoque de la Responsabilidad Social Empresaria las empresas no abandonan sus metas de rentabilidad económica; buscan abrir sus vinculaciones en la sociedad en la que operan para agregar valor a sus gestiones, en un proceso que pretende colocar los valores y la ética en todo el desarrollo de los negocios empresariales.
Las empresas deben ocuparse activamente de los impactos sociales de su cadena de valor y también, de los problemas sociales del contexto que afectan su competitividad en los lugares donde operan. Después de todo, ninguna empresa podrá ser competitiva y exitosa en sociedades cada vez más pobres y desiguales.
El trabajo infantil es una problemática social relevante para las empresas en Argentina ya que vulnera los derechos fundamentales de cientos de miles de niños, niñas y adolescentes. El trabajo infantil perjudica el desarrollo psíquico y social de quienes se ven obligados a trabajar prematuramente; además, sus posibilidades de formación y acceso al mundo laboral se ven afectados en comparación con los que tienen oportunidades de acceso a un mayor nivel educativo.
Considerando lo anterior, ¿de qué manera las empresas pueden contribuir a la erradicación del trabajo infantil? Son diversas las estrategias corporativas para afrontar esta compleja problemática, tomado siempre como cuestión innegociable la no contratación de niños, niñas y adolescentes en los procesos productivos y en la cadena de valor. Las grandes empresas cumplen un rol relevante al traccionar a pequeñas empresas proveedoras a partir de acciones de concientización y capacitación sobre la problemática del trabajo infantil.
El compromiso de las empresas puede tener un impacto aún mayor con la implementación de estrategias que atenúen los factores que generan trabajo infantil. Algunos ejemplos: la inversión social en programas con foco en niñez, códigos de conducta y procesos de auditorias a proveedores, y la generación de condiciones y facilidades para que las madres trabajadoras puedan conciliar su vida laboral con la familiar.
Además, es importante que las empresas puedan participar en instancias de diálogo y colaboración con los distintos niveles de gobierno en la gestión de las políticas públicas que buscan la erradicación del trabajo infantil.
Desde Manpower, un ámbito valioso de aprendizaje y acción concreta que integramos es la Red de Empresas contra el Trabajo Infantil[1]. Desde 2007, bajo el liderazgo de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CONAETI), más de sesenta empresas buscamos coordinar nuestros recursos económicos, humanos e institucionales en línea con los objetivos del Plan Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil. Es un ámbito institucional permanente para la reflexión sobre esta problemática y la generación de estrategias de intervención desde el ámbito corporativo para contribuir con el bienestar de miles de niños, niñas y sus familias.
Que el próximo 12 de junio, Día Internacional de la lucha contra el trabajo infantil, cada uno de nosotros pueda reflexionar sobre las acciones concretas que se pueden realizar para que todos los chicos y adolescentes aprendan la cultura del trabajo viendo trabajar a sus padres y yendo a donde deben ir, a la escuela y a jugar.