por Ricardo Czikk
Como presidente de este Congreso debería hablarles de las ventajas que encontrarán, el diferencial único, la magnífica contribución para el futuro de la gestión humana, lo imperdible que será, lo imprescindible y mucho más.
Pero, prefiero, mensajes menos exitistas.
Es mejor, con honestidad, situar a este Congreso en medio de una nutrida agenda local, un calendario que brinda todos los años, innumerables oportunidades para formación, actualización y reflexión sobre la profesión.
Nos enorgullece este Congreso no por único, sino por el contrario, por ser uno más, que por fortuna, se da en un país en que existe una pujante comunidad de práctica dedicada a su profesionalización. Las profesiones no surgen en el vacío de las teorías, sino que suponen un intrincado proceso de articulación entre la práctica efectiva y el auxilio de cuerpos conceptuales y teóricos. Con el tiempo y mucha laboriosidad, todo desemboca en la aparición de la profesión, con un estatuto institucional reconocido por la sociedad.
Entonces, este Congreso es un hito, un paso en el camino que debemos recorrer quienes creemos que hay mucho por hacer para convertirnos en un grupo visible y respetado entre las profesiones.
Este Congreso, producto del esfuerzo de dedicados miembros voluntarios de la Asociación, pretende sumarse con un abordaje profesional a un tema que funda el trabajo de las organizaciones: el contrato.
Contrato refiere a un pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas: así nos lo explica el diccionario. Nos estamos refiriendo a una relación muy humana que se da en las organizaciones de empleo, que va desde lo consensual a lo impuesto y se despliega en dos dimensiones fundamentales: la cronológica y la intencional.
La primera: cronológica. Es la que obliga al cumplimiento de regulaciones, que varían según la época y el lugar. Las regulaciones son consagradas mediante las leyes que norman las actividades laborales. A su vez, en esta misma dimensión, por medio de métodos inapelables –como relojes y cronómetros- se mensuran las operaciones manuales e intelectuales, que llevan desde los objetivos a los resultados.
La segunda: intencional. La del tiempo humano. Son los deseos y la imaginación, los proyectos, anhelos e ideales. Es el tiempo del pasado, presente y futuro, del psiquisimo y la cultura, del clima y la comunicación. El contrato implica en este eje promesas y compromisos, cumplimientos y quiebres, la realización y el desgaste o burn out.
En el cruce de ambas, se construyen los modos contractuales que se expondrán. Desde el social en la organización inteligente, que expondrá nuestro invitado especial desde Barcelona, Josep Redorta; los modos en que se articula en la relación con la estrategia en las Pymes y en las empresas grandes; en la relación con la comunidad, llamada Ciudadanía Corporativa; en el contrato psicológico que se reconstruye dinámicamente entre sus obviedades e inequidades. Y recalaremos en una de las peores formas de violación del contrato laboral que es el trabajo infantil, al que le dedicaremos espacio, en el día Mundial de Lucha contra el Trabajo infantil, convocando a actores protagónicos de este campo.
Y sin olvidar la pregunta inicial, va una parábola presente en diferentes tradiciones.
Un día los alumnos de un maestro pensaron en un modo de poner a prueba su sabiduría, que parecía infinita. Idearon para ello una sencilla estratagema. Pensaron cazar una mariposa y que uno de ellos la llevara viva en la mano a su casa, para preguntarle si la mariposa oculta dentro de las manos estaba viva o muerta. Si el sabio respondía que estaba viva, entonces el chico apretaría levemente el puño y demostraría que estaba muerta. Si la respuesta era que la mariposa estaba muerta, abriría las manos y la dejarían volar, demostrando así que estaba viva. El plan parecía perfecto, así que se decidieron a llevarlo a cabo. Cazaron la mariposa y uno de los alumnos la tomó en sus manos, se acercaron a la casa del sabio, golpearon a su puerta y el sabio les preguntó: “¿Que los trae por aquí?”. Los alumnos respondieron: “Queremos saber cuán sabio es usted”. Él les dijo : “¿Y cómo lo comprobaran?”. “Le haremos una pregunta”. “Adelante”, contestó. “Esta mariposa que tengo en mis manos, ¿está viva o muerta?”. Él los miró despacio, adivinó el truco, y respondió: “La decisión está en tus manos”.
Una posible respuesta adicional: la diferencia de este Congreso se responde participando, estando allí donde las cosas suceden. No se aprende en la soledad o sólo contemplando.
Por todo, este Congreso.