¿Es compatible el modelo sindical actual con la nueva generación de empleados?

por Hernán Jara
Miembro de la Comisión Directiva de ADRHA y de la Comisión de Relaciones Laborales

A mediados del 2010 una noticia sobre estudiantes secundarios mendocinos recorrió varios medios: fue un faltazo generalizado, autoconvocado por los propios estudiantes a través de Facebook y juntaron 2000 alumnos en la Plaza Independencia.  Una verdadera rateada masiva.
Recientemente, La Nación publicó que los organizadores de buena parte de las manifestaciones en el Egipto revolucionado fueron jóvenes que convocaban a la gente a través de sus propios blogs.

Mientras tanto, la mayoría de los sindicatos en la Argentina están dirigidos por gente que aún se resiste a la tecnología (con la única excepción de los teléfonos celulares).  Algunos gremios mantienen medianamente actualizada su página web y casi ninguno habilita otros formatos de ida y vuelta como blogs, comentarios o grupos donde cualquiera pueda compartir abiertamente su opinión.
Sin embargo, esos estudiantes secundarios de Mendoza serán trabajadores dentro de cinco o diez años más, y se organizarán probablemente de la forma en la que hoy lo hacen, aprendieron, les gusta hacerlo y les funciona.
Un gran número de trabajadores (y muchos activistas políticos) menores de 30 años prefieren abrir nuevos espacios de participación en lugar de competir en elecciones internas por la conducción de los sindicatos tradicionales.  Lo más curioso es que lo están logrando: sólo en el año 2010 fueron realizados 50 pedidos de inscripción de nuevos sindicatos. Además, la jurisprudencia de los últimos años fue extendiendo las medidas protectorias que las leyes le otorgan a los delegados, a otras tantas situaciones que no están comprendidas, como por ejemplo: pseudo-delegados de sindicatos en formación, autoridades de gremios sin inscripción y hasta familiares o parientes de éstos.
Y las empresas, ¿están preparadas para este cambio de paradigma?  La gran mayoría no; aún se escucha en muchos dirigentes empresarios el viejo refrán más vale malo conocido (previsible, negociador, con control absoluto de sus representados, “con códigos” según la jerga) que bueno por conocer.
Mi opinión es que este cambio llegó para quedarse, con sus ventajas (si es que las tiene) y sus desventajas (ya conocidas por quienes trabajamos en el ámbito de las relaciones laborales).  Buena parte de los líderes sindicales tradicionales tienen más de sesenta años y algunos más de setenta; el recambio generacional es inevitable.  Para las generaciones que siguen la gestión gremial será distinta, los tiempos de respuesta más breves, la comunicación mucho más fluida y multidireccional.  Prueba de ello son los modelos de participación gremial que hoy están tomando vigencia, donde existe alta participación de las bases, generalmente bajo el formato de Asambleas por establecimiento.
Lo más interesante de todo esto es que desde nuestro rol de Recursos Humanos podemos ser protagonistas de este cambio.  Quienes están al frente del negocio así como quienes deben lidiar diariamente con delegados o comisiones internas, suelen ser personas orientadas al logro de los resultados y a la operación cotidiana.  Por ello debemos ayudarlos a:
  • comprender los cambios de paradigma de esta última década, que involucran tanto a las nuevas generaciones como a los actuales y futuros dirigentes sindicales.
  • establecer relaciones de confianza que se sostengan en el largo plazo, dado que ese vínculo es primordial para una convivencia armoniosa.
  • identificar a aquellos colaboradores que por sus características personales son excelentes nexos o puentes de oro, que en ocasiones son quienes tienden lazos productivos en cualquier relación.
  • monitorear los medios virtuales y redes sociales donde se plantean las conversaciones que son relevantes para la empresa o la actividad.
Por último un área clave dónde podemos intervenir es en la formación.  Cada vez son más las empresas que capacitan a sus mandos medios (y también a sus ejecutivos) en comprender el nuevo paradigma sindical, cómo administrar las relaciones con los delegados o comisión interna y hasta conceptos prácticos de derecho laboral, conflictividad y negociación.
La cuestión es intentar anticiparse a los cambios y adaptarse rápidamente, pero aún más importante es no quedarse en el intento, sino hacerlo.


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